GYPSY, UN THRILLER SIN SUSPENSO
Nos hicimos una maratón y ya terminamos la primera temporada de Gypsy. Y acá va nuestra opinión ¡sin spoilers!
Cuando nos enteramos de la llegada de Gypsy no podíamos dejar de ilusionarnos. ¿Las razones? Primero, es otro producto original de Netflix que siempre suele ser una garantía de buena calidad. Segundo, el protagonismo de una actriz versátil y multipremiada como Naomi Watts. Tercero, una idea atrevida como contar la historia de Jean Holloway, una psicóloga con una doble vida y que realiza ejercicios muy poco éticos con sus pacientes.
Sin embargo, a pesar del gran trabajo de Watts, la serie por momentos deja mucho que desear. El principal problema es la lentitud de la trama. Cada capítulo parece una repetición del mismo problema: Holloway cruza los límites éticos con uno o varios pacientes, mientras intenta mantener una vida "tradicional" junto a su esposa e hija. El problema surgirá cuando su doble vida ponga en riesgo su trabajo y su familia. Al repetirse siempre la misma fórmula durante los 10 capítulos, la serie pierde fuerza y espontaneidad a tal punto de volverse tediosa y previsible.
Pero Gypsy tiene algunas cosas a su favor. Como ya dijimos anteriormente, Naomi Watts interpreta su personaje a la perfección a pesar de la floja dirección y guión. Por otra parte la serie expone algunos temas controversiales y poco desarrollados en la televisión como la identidad de género, la bisexualidad, adicciones y violencia de género.
